Los unos buscaban financiación para poder empezar a abrir otras clínicas de medicina estética que funcionaran tan bien como la primera. Los otros exploraban fórmulas para adentrarse justo en ese negocio tras ver consolidada su red de centros de cirugía plástica, estética y reparadora. Y se encontraron. Varios meses después, Bloome y Egos han sellado su fusión para empezar a crecer de la mano. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, la ‘startup’ con sede en Barcelona y la cadena quirúrgica han montado una compañía conjunta por la que la primera tendrá espacios de trabajo en la quincena de centros que tiene Egos en Catalunya, Andorra y Madrid. Es decir que Bloome gana presencia en 15 establecimientos de golpe (ahora, solo tiene uno), y Egos, adoptar su tecnología y empezar a ofrecer servicios de medicina estética, además de las operaciones.
La diferencia es clave. Bloome nace precisamente al calor del auge de los tratamientos estéticos mínimamente invasivos. Su propuesta se basa esencialmente en las inyecciones de productos que resten arrugas, rellenen ojeras, prevengan la caída del cabello, eliminen el sudor en las manos, etc. En hacerlo a un precio “accesible” (“Somos capaces de ofrecer los tratamientos a precios más propios de clínicas que juegan en ligas de peor calidad”, subrayan desde la empresa) y en combinar todo esto con una imagen de marca que apela claramente al público de entre 30 y 45 años que son mayoría en su centro.
Así han logrado captar a un público estable de unas 300 personas cada mes y facturar unos 100.000 euros mensuales, aproximadamente. Este año, Bloome rondará los 1,5 millones de euros de facturación, casi el triple que en 2023.
El otro gran elemento distintivo -aseguran sus fundadores, Juanfran Sánchez y Pol Valés- es el haber desarrollado un ‘software’ propio de gestión del negocio. “Siempre hemos pensado en grande, de otro modo, el desarrollo tecnológico no habría tenido sentido: para una clínica es necesario, pero no tanto como cuando tienes 30”, explican ambos emprendedores, dejando claras sus aspiraciones.
Es en parte por eso, de hecho, que Clínicas Egos les ha elegido como socios. Esta es una red de 15 establecimientos construida entre dos cirujanos plásticos (Tiago Gomes y Santiago Elvira i Barberà) que, en menos de 10 años y sin financiación externa de ningún tipo, se han posicionado como uno de los nombres de referencia en este campo. Realizan unas 3.000 intervenciones al año.
“Ellos tenían clínicas y conocimiento médico de primer nivel, y buscaban tecnología y gestión”, cuentan desde Bloome. “Juntos vamos a ofrecer una mejor experiencia para el paciente, más completa y de mayor calidad”, corresponde Gomes. “Queremos ser el referente para quienes buscan un tratamiento médico-estético de calidad“, asegura.
Planes de futuro
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En lo práctico, su alianza se traduce en que Bloome pasará a incorporar el ‘Egos’ a su nombre (serán Bloome by Egos) y en que llevarán a cabo sus tratamientos de medicina estética en todas sus clínicas: serán 9 al principio, y progresivamente lo llevarán al resto, tanto las que ya funcionan, como las que están por abrir.
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El grupo resultante no precisa sus planes de expansión, pero habla de una magnitud futura “increíble”. “El nuevo grupo tiene una visión clara: ser el líder en el sector de la estética y medicina regenerativa, inicialmente en España, pero con intención de entrar en el ámbito internacional”, redondea uno de los cofundadores de Bloome. “El grupo marcará un antes y un después en la forma como se conciben los servicios estéticos”, culmina.
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