154 semanas después, un grupo de sayagueses sigue abanderando la batalla por una “sanidad pública digna” en la comarca de Sayago. Un acto que ha servido esta vez para sumarse al manifiesto de la Coordinadora Rural de Zamora que hoy ha convocado concentraciones en todos los pueblos de Zamora.
La plataforma por la Sanidad en la comarca de Tábara y el pueblo de Villalobos también se suman a la iniciativa “Yo paro por mi pueblo” convocada por la Revuelta de la España Vaciada.
Manifiesto
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En el mundo rural de Zamora agradecemos la labor de nuestro personal sanitario pero denunciamos los recortes en la sanidad pública que deteriora la asistencia primaria en los territorios más despoblados.
El personal sanitario es la piedra angular de la sanidad rural, por eso hoy aquí reunidos queremos en primer lugar agradecerles cuando opta por desarrollar su labor profesional en nuestros pueblos. Esta presencialidad es esencial para que quienes vivimos en el pueblo sintamos, no ya que se nos presta una sanidad digna, sino que esta sea de calidad.
Para poder incrementar la presencialidad, nuestra primera demanda es que la Consejería de Sanidad de Castilla y León, ponga en valor la medicina rural y que promocione e incentive a los profesionales que la ejercen.
Sin embargo, lejos de la puesta en valor de la importancia de la medicina pública rural, día tras día estamos asistiendo a un deterioro, silencioso pero implacable, de la sanidad pública, que se acusa especialmente en la atención primaria, un deterioro que se ha agudizado desde la pandemia. Los recortes en la plantilla de personal sanitario (se suprimen plazas, no se cubren las bajas, no se sustituye a los sanitarios en los descansos por guardias o por vacaciones) tienen un efecto directo en la atención a la población, con la supresión de días de consulta de manera habitual en la práctica totalidad de los pueblos. La atención primaria, de este modo, se resiente en el tiempo y calidad de dedicación a los pacientes.
En las zonas rurales más despobladas y en los pueblos más pequeños las consecuencias de tales recortes son sangrantes. Puede suceder que el consultorio no se abra en una o varias semanas consecutivas, lo que de hecho supone una barrera para el acceso a un servicio básico a personas mayores, con dificultades de movilidad o sin apoyos para buscar una alternativa. Por otra parte, la precariedad en el servicio de guardias, reducido al mínimo, deja a la población indefensa ante una situación de emergencia que pudiera darse. Estas situaciones que se repiten con demasiada frecuencia suponen un menoscabo en un derecho social que debe ser universal e igual para todos.
Por todo ello reivindicamos una sanidad pública de calidad, dotada con recursos y personal suficiente como para atender las necesidades de la gente, dado que se trata de un servicio básico de vital importancia para que los territorios de la España vaciada no continúen despoblándose aún más y de un derecho social que debe garantizarse a todas las personas, independientemente del lugar donde vivan.
De manera concreta, la reivindicación de la Revuelta de la España Vaciada se centra en estas exigencias comunes a todos los territorios donde está presente el movimiento social:
• Garantizar que los centros de salud y consultorios rurales estén accesibles a la población y abiertos en todas las localidades con una frecuencia médica mínima al menos semanalmente.
• Dar prioridad a las consultas presenciales, insustituibles para lograr una eficaz relación entre el paciente y el profesional, y utilizar las telefónicas exclusivamente para temas puramente burocráticos.
• Aumentar el presupuesto de Atención primaria hasta alcanzar el 25% del total del presupuesto de Sanidad. Esta medida asegurará la mejora de las plantillas de personal sanitario, ofertando contratos laborables estables y de calidad.
• Exigir la eliminación de las listas de espera, o al menos reducirlas a cifras razonables, en la atención especializada.
• Adecuar y completar las plantillas de los centros de salud, adecuándolas a las características de cada territorio de actuación y dotándolas de los especialistas necesarios en pediatría, geriatría y otras posibles especialidades.
• Fomentar la sanidad preventiva y la educación para la salud.
• Fortalecer y garantizar la participación y el empoderamiento de la ciudadanía a través de un correcto funcionamiento de los consejos de salud.
• Crear una especialidad en medicina rural o, al menos, habilitar un sistema de prácticas en centros de salud rurales para los profesionales que vayan a trabajar en el medio rural.
• Mejorar los servicios de emergencias con la dotación de ambulancias medicalizadas, helicópteros diurnos y nocturnos u otros recursos necesarios, teniendo en cuenta las características del territorio.
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Estas peticiones son una cuestión de justicia social. Justicia que permita tener más profesionales ejerciendo la medicina presencial en nuestros pueblos de forma que podamos decir claramente: Vuestra presencia es nuestra salud.
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